La saliva juega una importante función defensiva natural frente a la caries, pues diluye y elimina los azúcares y mantiene el nivel de acidez conocido como PH de la boca.
Un especialista explica que gracias a su PH la saliva arrastra los restos de comida que quedan en la boca, neutraliza los ácidos producidos por la placa bacteriana y aporta a los dientes el calcio y fosfato que necesitan.