Muchos hemos escuchado sobre la ”manzana de Adán”, no obstante, quizás desconozcan que este nombre se debe a una leyenda bíblica que reza que esa protuberancia es la manzana que quedó atorada en el cuello del primer hombre tras comerse la fruta ofrecida por la serpiente.
Más allá de ese relato y anatómicamente hablando, se trata de la proyección del cartílago de la glándula tiroides que envuelve la parte frontal de la laringe. Un dato más, a pesar de la creencia popular, también as mujeres la tienen.