Un conejo dentro de una vasija

Si observas todos días la Luna, notarás que cambia, algunas veces se ve como un plato y otras como un gajo de naranja o como una sonrisa. La luna tiene un lado de la noche y uno de día, como sucede en la tierra. Los cambios de la luna se deben al paso de luz y oscuridad.

Hace 500 años, en lo que ahora es México, vivían los Mexicas. Sus dioses representaban las cuestiones que consideraban importantes: la Lluvia, el Sol y la Luna. Los mexicas fundaron un imperio antes de que los españoles llegaran a América. Pensaban que la Luna era su diosa Coyolxauhqui dentro de una vasija, que iluminaba de manera variable la tierra según fuera su posición dentro de la vasija.

Algunas de las regiones de la Luna son claras y otras oscuras. Los mexicas imaginaban que las oscuras eran como un conejo. Es más, consideraban que el conejo estaba dentro de una vasija blanca.

Como los mexicas notaron que durante el día no se ven las estrellas, pensaron que al nacer el día, el hermano de Coyolxauhqui: Huitzilopochtli ( El Sol naciente) mataba a la Luna y a las estrellas cada amanecer.

La Luna era tan importante para los mexicas que la palabra México significa: ombligo de la luna en lengua Náhuatl. Los actuales habitantes de México que surgieron de la mezcla de españoles y Mexicas se siguen admirando por la belleza de la Luna.

Observa con atención las zonas oscuras de la Luna y descubrirás el conejo de los mexicas.
Información remota de nota: Mtra. Julieta Fierro Gossman.
  • Jueves, 06 Marzo 2014

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