Seguramente has escuchado esta expresión, por lo general se utiliza en cuentos o historias para referirse a príncipes o gente de la nobleza. Lo cierto es, que todos sabemos que la sangre es de color rojo brillante. Lo puedes notar cuando te cortas, tal vez cuando te caes de la bicicleta y nos raspamos. Entonces ¿por qué nuestras venas son azules?
Esto se debe a las características de nuestra piel al reflejarse con la luz, es un efecto óptico. La piel percibe en mayor cantidad la luz roja que la luz azul, por esa razón cuando vemos nuestras venas las percibimos de color azul verdoso. La luz atraviesa nuestra piel y pierde intensidad, así que los colores que percibimos son los colores energéticos (los tonos azules, que tienen mayor longitud de onda).
Existe una forma de comprobar este fenómeno, lo único que tienes que hacer es conseguir una muestra de sangre. Puedes decirle a tu mamá que te consiga un poco en la carnicería, o la que se extrae del pollo cuando cocinan. Después lo colocas en un frasco (si tienes un tubo de ensayo, mucho mejor) lo introduces poco a poco en una jarra transparente con leche. Podrás ver que ocurrirá lo mismo, y observar la sangre de color azul.